sábado, 5 de julio de 2008

Primer evento UIA 2008.



Una mañana que inició calurosa, las palabras compartidas entre los asistentes que minuto a minuto hacían su arribo, se convertían en un murmullo intenso donde los motivos bien podrían ser las sonrisas, nervios, carisma y lo agradable que se iba vistiendo el foro con los niños y niñas, algunos ya caracterizados del personaje que les había correspondido interpretar en el evento que cerraba una etapa más en Unidades de Iniciación Artística.

Por el pasillo de entrada hacían su arribo algunos pequeños cavernícolas, danzantes prehispánicos, todos acompañados de sus familiares a quienes era posible descubrirles en el rostro la alegría del momento.

La cita era a las diez horas, pero los minutos poco a poco comenzaban a transcurrir alejándose la manecilla delgada y larga del número 12 en el reloj. Un poco de impaciencia en los asistentes, nerviosismo en los maestros y la primera llamada surgió de pronto, al mismo tiempo que se afinaban los últimos detalles. Se sentía como el foro pasaba de cálido a ligeramente caluroso y para la segunda llamada los últimos detalles… en tanto las primeras niñas y niños detrás del teatrino con ganas de iniciar.





Se inicia el programa con una bienvenida y el agradecimiento a todos los presentes. Historias creadas por las propias participantes son narradas por los títeres de guante que se asoman y saludan a todos los asistentes entre las sonrisas y el rostro atento de los padres y madres de los pequeños UIA, mientras disfrutaban de sus relatos.


Para el segundo número, aparece en escena un mamut un tanto curioso que se paseaba mientras tres pequeños cazadores cavernícolas lo acorralaban con sus lanzas hasta hacerlo caer para al final terminar la cacería y arrastrarlo hasta sacarlo del foro.

Se preparaban los elementos necesarios para el siguiente número, los cuales consistían en palos piedras y hojas tiradas por doquier, en tanto hacían aparición, una fila de pequeños cavernícolas hermosamente caracterizados, dando muestra clara de la creatividad de sus padres al diseñarle su vestuario. Los niños y niñas recorrían el escenario y con los elementos tirados en el piso descubrían los sonidos emitidos por estos y gradualmente se iba convirtiendo en música y cantos que no menos de una decena de padres disfrutaban moviendo el cuerpo discretamente mientras sonreían y filmaban a sus hijos e hijas.

El tiempo transcurre y las cosas cambian […], decía la narración en el sonido mientras hablaba un poco de la riqueza artístico cultural de nuestro México antiguo, en el escenario pequeñas niñas con vestimenta blanca y bellos decorados prehispánicos, coronadas con plumas y en las manos empuñando un par de maracas, representaban la danza en honor al dios Quetzalcóatl (Serpiente emplumada).




El siguiente número iba dando muestra de las costumbres arraigadas en las comunidades de nuestro territorio, donde una máscara un tambor y el cuerpo son los elementos principales que genera danzas como la que los niños y niñas representaban en ese momento, unos tocando los tambores y otros representando la cacería del nahual.




La línea del tiempo avanzaba y era momento en que las aventuras que se reflejan en varios de los juegos infantiles de cazadores, caminatas en la selva, descubrimientos de nuevos lugares y enfrentamientos con fieras se mostraban el escenario con los niños y niñas exploradores que bajo un sol discreto caminaban por sobre hojas y raíces de árbol que servían de escenografía, un tigre, una serpiente y un cocodrilo eran los principales depredadores que no precisamente amenazaban a los exploradores, pero que en algo se inquietaban mutuamente.



Para este tiempo, ya avanzado el programa a poco menos de una hora, llegaba el momento de continuar con una pequeña muestra de lo que podría ser la transformación del arte en el presente y el futuro, esta vez interpretado por medio de la danza, dos pequeñas niñas vestidas en colores vivos, con pulseras y collares, daban muestra clara del desarrollo de habilidades corporales alcanzadas y reafirmadas durante los primeros seis meses de trabajo bailando un ritmo un tanto caribeño que les permitía mover hombros y cuerpo de una forma muy singular que inmediatamente arranco los aplausos de los presentes mientras sonreían y comentaban la gracia de las pequeñas.

Era momento de seguir bailando pero ahora interpretando una pieza musical con un toque electrónico que daba la posibilidad de representar una pequeña muestra jugando a cómo sería esta área en el futuro, una niña en rojo y un niño en azul ambos vestidos con un toque metálico y sus trajes forrados al cuerpo del cuello hasta los pies, se movían al ritmo de la música dando saltos y agitando un poco el cabello, coordinados sin que dejaran de sonreír.



Para finalizar llegaba la hora de traer a la vista de todos, la riqueza de las manifestaciones locales hechas danza, música y fiesta, con muestras breves de lo que nuestras regiones del estado poseen y en las que muchas veces estamos en contacto. Este momento ha representado para las actividades del taller UIA, la posibilidad de reafirmar la identidad a través del conocimiento de nuestras tradiciones y cultura que como mexicanos y oaxaqueños poseemos, conociendo nuestra música, danzas, representaciones de teatro en comunidades, el color de nuestros artesanos, y un sinfín de elementos que conforman la lista interminable de manifestaciones de nuestra gente.

Con la aparición de la representación del Istmo, con rostro serio y sereno una pareja de niños se paseaba y movía al ritmo de la música característica. La costa llegaba en seguida con el sabor de Pinotepa y dos parejas que agitaban sus pañuelos y zapateaban con alegría, y para finalizar el convite con su peculiar marmota que se mueve en lo alto volando los decorados en papel, las canastas cubiertas de flores de las chinas oaxaqueñas, girando por todo el escenario acompañados de los monos de calenda que esta vez eran representados por los niños haciendo uso de su cuerpo como si ellos mismos fueran el mono de cartón y tela que agita sus brazos al bailar, así terminaba la muestra UIA, con sus niños arrojando dulces al público otros levantándolos del suelo, pero eso si bailando en compañía de sus maestros que para ese momento ya se habían subido al escenario a disfrutar junto con sus alumnos. Después de esto, se otorgaron los reconocimientos a los niños y niñas que han alcanzado el límite de edad o una clara definición de sus intereses y que por tales motivos dejan Unidades de Iniciación Artística pero no para terminar su proceso, sino continuarlo fuera de nuestros salones creciendo, conociendo y experimentando más cosas que conforman este maravilloso mundo del aprendizaje del arte.


Gracias a todos los que asistieron a esta primera muestra en que sus hijos e hijas han dado muestra del avance en sus aprendizajes y desarrollo de habilidades.
Gracias por su apoyo para juntos hacerlo posible.
Gracias por su comprensión en las debilidades que aun tenemos y en especial a los padres que aunque sus hijos e hijas aun no han participado estuvieron con nosotros o continuarán en nuestros talleres.
Gracias por acompañarnos en esta encantadora ruta.

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